Buenos aires, caóticamente bella

Y así pasa el tiempo, algo largo, algo corto, para conocer y reconocerse en Buenos Aires. En el gris de las miradas perdidas en el asfalto. En los gritos apasionados de los patriotas, que al día siguiente siguen como si nada en la rutina de andar a toda velocidad porque el tren ya se va… oSigue leyendo «Buenos aires, caóticamente bella»

Memorias de Buenos Aires

La historia de Buenos Aires no me la sé; pero sin querer queriendo me fui tropezando con algunos lugares y momentos con mucha historia y también algo de arte… Estos son los que ahora han quedado en mi memoria: Museo Penitenciario En San Telmo, ese barrio empedrado, hay una antigua edificación construida por los jesuitas en elSigue leyendo «Memorias de Buenos Aires»

Tango, colores y manifestación

Extractos de momentos en Buenos Aires.     Los domingos en San Telmo —un barrio bohemian-chic de Buenos Aires— se abre una gran feria de antigüedades, donde también convergen espacios para la música, el baile, el arte y el ocasional showman. Los tangueros de barrio se reúnen al término de la feria en la plazaSigue leyendo «Tango, colores y manifestación»

La nena de los zapatos de tacón rojos

Estaban, en una esquina de San Telmo, Aniko y su novio vendiendo postales y haciendo burbujas. Diana y yo, al igual que otros niños alrededor, estábamos emocionadas y divertidas por todas las formas y arcoiris dentro de esas pompas de jabón. ¿Cómo será ser un burbuja? Son esos cuestionamientos tontos que me hago cada vezSigue leyendo «La nena de los zapatos de tacón rojos»

Tren tristeza

Creo que las ciudades también se conocen por sus medios de transporte. Y yo conocí a una Buenos Aires gris y triste. Los grafitis en el subte al principio te parecen arte urbano (y lo es), pero luego te das cuenta que todo está un poquito en la mierda. Por eso de que el MunicipioSigue leyendo «Tren tristeza»

Hola Buenos Aires

Después de ver árboles y perritos por todos lados en Rosario, llegar a Buenos Aires, a la estación Retiro y al tráfico de las 7 u 8 de la mañana, no fue muy agradable. Con las no se cuántas libras sobre la espalda, tratar de tomar el bus que nos llevaba a Avellaneda fue casiSigue leyendo «Hola Buenos Aires»