“¿Amor? Vamos, la gente no quiere amor; la gente quiere triunfar, y una de las cosas en las que puede hacerlo es en el amor.” – C. Bukowski
-Gracias Barriga, Mestanza, Sheean y Lindamood
No sé exactamente desde cuando incrusté en mi memoria el concepto de esa norteamericana ciudad. Desde luego, comencé a grabar imágenes cinematográficas y guiones de series televisivas que se hacían realidad ahí, en Hollywood. Pero en mi memoria tenía aquel espacio rodeado de playas con altas palmeras, gente en sus bicicletas y patinetas. Veía paseos musicalizados y contrastados con grandes edificios estirados entre puentes y amplias avenidas. Escritores, músicos, actores, artistas, trabajadores, inmigrantes, ilegales, soñadores, todos en esa búsqueda de encontrar un espacio ahí, entre sus sueños y Los Ángeles. Ese punto de California que se conoce por su diversidad.
Son más de tres millones de personas, aunque las estadísticas -al menos las de siete años atrás- daban un cálculo de 18 millones en su área metropolitana, siendo la segunda parte más poblada de Estados Unidos. Es la cuna de los sueños hollywoodenses y de las estrellas que se miran en el suelo. Bambalinas y luces extravagantes dan paso a la caótica y entretenida L.A., que se diferencia del resto por su concepto de vida -más cercano al mar-.
¿Ya dije gigante? Algunos pueden sentirse desprevenidos ante lo gigantesca que es. Tal vez por eso, entre sus recomendaciones, los paseos en su mayoría se realizan en auto – aceptémoslo, se puede visitar varias partes en bus y metro, pero ¿de un extremo a otro? -. L.A. se extendió a sus laterales y sus rutas se realizan bajo la guía de Google Maps, aunque la aplicación puede entorpecerse hasta enviarte por calles sin salidas. La idea es ahorrar tiempo. Aprovechar el día antes de que cierren los museos. Conseguir un estacionamiento en la calle que no te restrinja tanto en hora -o en paga- y que luego te vayas por un shot de whisky antes de que te cierren el bar.
Downtown: Rascacielos, arte y museos
El centro de L.A. toma su forma en lomas, parques, museos y #streetart. Es fácil admirar la arquitectura de Walt Disney Concert Hall junto al enigmático museo The Broad, comer al paso en uno de esos food trucks o tal vez quedarse en alguna taquera que hable español para comer unos tacos picantísimos con jugo de horchata. No estamos en México, pero sí muy cerca. A un poco más de dos horas de Tijuana.
El downtown de Los Ángeles no ha sido de los puntos más visitados, pues en primera base siempre se encuentra el famoso Hollywood. Pero el centro es un distrito donde crece su área financiera en sus famosos skylines. En sus calles se pueden encontrar librerías originales como en The Last Book Store, música o patinaje en el Pershing Square, más galerías, restaurantes y bares. Un combo para animar las visitas y revitalizar la zona.
Otra forma de aprovechar L.A. es abrirse al mundo asiático, como en Chinatown. El centro del comercio chino encontró un mayor impacto en este sitio a finales de los años 30. Actualmente incluye un área de restaurantes, galerías y tiendas especializadas en ropa y arte de su cultura, además de contar con residencias. Asimismo se puede encontrar el Little Tokyo Historic District, un área que se ha dedicado a la cultura de los japoneses americanos que han crecido en el distrito. Aquí esperamos casi una hora por el ramen de Mr. Ramen. Mis amigos, esos ecuatorianos americanos que se acostumbraron a la vida del norte, me habían hablado tanto del lugar que no nos importó esperar esa versión japonesa de la sopa de fideos chinos (ahora mismo se me hace literalmente agua la boca por recordar el ramen de esa noche).
Y si buscan más una tarde de café y arte, tal vez la mejor idea será llevar sus pasos al The Arts District, localizado en el área este de Downtown. Esta fue la recomendación de una gran amiga de Oregon, que no veía desde hace catorce años y que ahora su hogar se encuentra en Los Feliz (buen nombre para decir hogar). El distrito de arte crece entre los viejos edificios que antes funcionaban como fábricas. Antigüedad que abrió una puerta a nuevas cafeterías, galerías y estudios, rodeados de arte en sus paredes.
El parque de la panorámica: Griffith
Uno de los parques urbanos más interesantes por su extensión, jardín botánico y observatorio. En su cima se puede obtener una panorámica de la ciudad junto al famoso Hollywood Sign y luego continuar por sus largos senderos. Ahí me advirtieron seguir antes de que anochezca, pues a partir de las seis de la tarde hay que salir antes de que aparezca el dueño del parque, el puma P-22.
Es que otra de las estrellas conocidas de Los Ángeles tiene cuatro patas. Fue visto por primera vez en el 2012 y un año luego su fama despegó al ser portada, con la foto de Steve Winter, en la revista National Geographic. Se trata de un puma que vive junto al letrero de Hollywood. Según el documental que se lanzaría este año llamado The Cat That Changed America (El gato que cambió América), se muestra el cuidado y estudios que cumplen algunos investigadores, pese algunos ataques que ha recibido el felino.
Todo indica que en ese espacio de 1.700 hectáreas, P-22 se ha quedado aislado entre carreteras y sobrevive comiendo otros animales como mapaches, roedores y coyotes. Las pruebas de su mal estado fue captado por otra foto, lo cuál permitió que sea capturado, curado y soltado de nuevo. Desde entonces hay como una cierta alegría de una comunidad que sabe que está libre, escondido, pero caminando por esas letras.
Pero el parque también es una escenografía que inspira a las películas de Hollywood. Esa escena de tap y amor que nos dio últimamente La La Land es una de ellas. Hay otras producciones como la primera y segunda parte de Back to the Future.
Hollywood y sus estrellas en las calles
Hollywood Walk of Fame conocido como el paseo de la fama, va a lo largo del Hollywood Boulevard y Vine Street. Te apareces por cualquier acera y te sumarás al tumulto de personas con los ojos hacia abajo. Se buscan esos nombres que te inspiren entre las más de dos mil estrellas que se han colocado en el lugar. Resaltan nombres de celebridades que la Cámara de comercio de Hollywood creó para reconocer sus trabajos en cine, televisión, música y radio.
Las piezas cuentan con grabados en bronce para indicar el nombre del artista y su emblema, que es el arte el cual representa. La idea fue de un artista californiano, Oliver Weissmuller, contratado para dar una imagen fresca a Hollywood a finales de los años 50´s. Un homenaje sobre todo a la industria que tanto hizo crecer el rancho donde se estableció LA, el cine.
Los escenarios, la iluminación natural y sus estaciones, eran los indicados para las primeras películas norteamericanas. El paseo de la fama también cuenta con carteles con la historia de sitios que fueron -en su momento- teatros, locaciones o estudios de rodaje. El lugar se declaró en 1978 como un Bien Cultural e Histórico.
-¿Cuáles fueron las estrellas que busqué?
¿Aún tienes ganas de ir a un bar? *2 A.M.*
“Aquí todo cierra a las 2 A.M.”. Y es cierto, desde luego puedes quedarte en alguna rocola y parar por una buena cerveza. Hay bares y discotecas con variedad de temáticas y diseños especializados regados por todo LA. Costosos o de esos que te apetece descubrir en alguna calle escondida, con viejos amantes del rock o punk. Asimismo, puedes refugiarte en algún bar con películas transmitidas en el techo u otro bar con unas maquinitas que te recuerden a los juegos de los 90´s.
Hubo uno que particularmente traía más historia de la que pensamos pisar. Ese día nos unimos a la celebración de un proyecto que había sido aceptado. Ese momento cuando tienes una idea y vez cómo todo fluye a su realización. Ese momento que se aplaude con un respectivo «cheers» *se juntan los vasos* y conoces el Frolic Room. A esa cantina, ubicada en el 6245 Hollywood Blvd., pasó Bukowski. Se trata de un pequeño bar con luces cálidas, buena música y espejos que te hacen ver dos veces el trago que te sirven. Ese día nos atendió un mexicano, quien al escuchar nuestro español, nos dejó claro que habíamos llegado a uno de los lugares más icónicos. Un lugar con bebidas a buen precio, en un espacio sencillo, con una jukebox. -¿Qué es lo que más recomienda?-. -Todo-.