En Lisboa lo mejor es perderse, es grande, tiene muchos turistas, las noches son tardes, se camina dormido, se sube y no se deja de subir y bajar. Lo malo, lo malo es tener que regresar a casa cuando todos quieren regresar en el mismo Tranvía. Aquí un niño, en alguna parte de la ciudad, cuando intentaba llegar al Monumento a los Descubrimientos.